2009-06-30

É que nós nao temos catracas!

"Lo que pasa es que nosotros no tenemos ...". Bueno, justamente eso, como no tenemos catracas, no tenemos una palabra para nombrarlas.


Esta fue mi respuesta cuando me preguntaron cómo se le de decía a una catraca en Chile. Mi interlocutor era un brasilero que estaba en una conferencia telefónica con gente de Chile, y a pesar de su correctsimo español algunas palabras no querían salir. Y la verdad, no pude ayudarlo...  aunque sé lo que es una catraca (años viviendo en la Frontera) y vi muchas en Chile, como todo pueblerino cada vez que me encontré frente a una lo único que hice fue tratar es de pasar lo más rápido posible y sin llamar la atención.


Aunque en Uruguay casi no existan, en otros pases de la región sí son comunes. Por lo que descubrí inclusive tienen nombres diferentes según el país.


Claro, como son elementos relativamente "nuevos", cada país les dio su propia denominación saliendo del mainstream de la Real Academia. La respuesta que mi interlocutor buscaba era torniquete. Parece que en Argentina le dicen molinete, y asumo que en México le dirán ruedotota o algo así.


Para quien todavía no cayó en la cuenta son esas rueditas por donde pasa la gente para entrar a un lugar y llevar un contador. En Brasil están en todos lados, en el metro, en los omnibus, en el acceso a oficinas y hasta en la entrada a algunos Bancos... así que é catraca pra todo lado, meu rei!!


Pero, por qué en Uruguay no tenemos catracas? Simple: porque somos pocos. Se podría hacer un censo catraqueril uruguayo y no creo que haya más  de 7 en todo el país.


Si tuvieramos que nombrar a nuestros 7 ejemplares podramos llamarles Sabio, Tontín, Gruñón, Dormilón, Estornudo, Tímido y Feliz... pero preferiría un nombre genérico. Siguiendo la sugerencia de una amiga que dice que siempre que pasa por una catraca recibe como una "palmada" en su "parte de atrás", las bautizaría como palmadeta.


Bueno, no tenemos palmadetas porque no las necesitamos... el tamaño del país es algo que nos condiciona. En Uruguay somos pocos, todo es chico y todos nos conocemos.


En mercados como el brasilero donde existe un rubro en la guía telefónica para Fábricas de Catracas, la gente tiende a especializarse excesivamente en un área. Y eso está bien, alguien puede ser el Uno en lo suyo, cotizarse como tal, ignorar el resto del mundo y seguir su camino feliz por la vida.


En cambio, nosotros no podemos darnos ese lujo. Tenemos que ser lo suficientemente flexibles como para saber mucho de cierta área pero también poder rebuscarnos en otra cuando sea necesario. Lo que tampoco est nada mal, por cierto, si sabemos usarlo a nuestro favor.


Y bueno, seguiremos siendo un país palmadetas.


Por suerte.


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