2011-04-23

Está en nuestra naturaleza

Hay una vieja fábula de origen incierto (como la mayoría de las fábulas) que habla sobre la inevitabilidad de nuestro destino. Hay muchas versiones cuyo elemento en común son sus protagonistas: un anfibio bondadoso y un depredador asesino (la rana y el escorpión, la tortuga y la serpiente, etc etc etc). En nuestro caso será la araña pollito y el ornitorrinco.
Estaba una araña analizando las alternativas para cruzar un lago. No había maderos para ser usados como canoa, ni camalotes que sirvieran de colchón flotante, ni edificios desde donde atar su tela y emular a su homónimo humano. Así que pensó en pedir ayuda a algun bicharraco que anduviese en la vuelta.

Casualmente pasaba por ahí un ornitorrinco, que ademas de buen nadador era peludo y mullidito, cualidades que le las arañas suelen apreciar. Luego de las presentaciones pertinentes, la araña le pidió ayuda al ornitorrinco: "A ver, amistá... sale una fuerza ahí? Yo tengo que cruzar, vos sabés nadar, mirá que no peso nada, no te cortés solo!" . A todo esto el ornitorrinco expresó su desconfianza... y si la araña lo picaba? Obviamente la araña le dio su palabra de que no le iba a hacer nada: "Estamos en el mismo barco", le dijo.

En fin, haciendo acto de fé al juramento del arácnido, la dejó subir por el pico hasta que se acomodó en la cabeza y se metió al agua mientras la araña tarareaba canciones de piratas y navíos.

Pero resulta que, en medio de la travesía, el ornitorrinco siente la mordedura de la araña (N de T : las arañas pollito son venenosas), a lo que muy ofendido le dice: "Estimada araña, te das cuenta de lo que estás haciendo? Si me hundo, vos también te hundís y nos morimos los dos. ¿Por qué me mordiste?". A lo que la araña misteriosamente contesta: "No puedo evitarlo, está en mi naturaleza". (Moraleja de la historia: si una araña te pide que la lleves al otro lado del lago, decile que no).

Sin querer parecernos a la araña, muchos informáticos (como otros tantos seres vivos) somos víctimas de nuestra propia naturaleza. Personalmente, a mi me pasa con el tema de la eficiencia.

Aunque no quiera, suelo andar por la vida buscando formas mas eficientes de hacer las cosas. Claro que en la mayoría de los casos lo aplico a las ineficiencias ajenas, no a las propias. ;)

Por ejemplo, el otro día subí por primera vez a un nuevo modelo de ómnibus urbano de cierta compañía. La tradición local dicta que se sube por la puerta de adelante, donde el boleto puede ser cobrado por el conductor o por el guarda (sobre la ineficiencia de tener una persona exclusivamente para expender boletos hablaremos en otra ocasión), y se baja por la puerta ubicada al fondo del vehículo. La diferencia en este caso es que estas nuevas unidades tienen la puerta de descenso en el medio... y no tienen puerta de atrás.

Analizándolo fríamente, es de una ineficiencia suprema. Es natural subir por un extremo y a medida que transcurre el viaje irse acercando paulatinamente a la salida en el otro extremo. De esta forma tenemos un flujo contínuo de gente hacia atrás, para deleite del señor guarda y el señor conductor. Y en caso que no suceda espontáneamente siempre está el clásico grito "Pasando al fondo que hay lugaaaaar", a lo cual los pasajeros apretujados suelen pensar en cuando habrá sido la ultima vez que el personal del omnibus viajó parado, y toda suerte de improperios que (por suerte) pocas veces son dichos en voz alta.

Analicemos el comportamiento de los pasajeros cuando sólo hay una puerta de salida en el medio.

Primero, nadie tendría la necesidad de caminar hacia el fondo... y si lo hiciera, se estaría alejando de la puerta de salida, cosa que nadie realmente quiere. Por lo tanto mucha gente se queda parada en la plataforma en el medio del coche.

Por otro lado, los pasajeros que efectivamente tratan de caminar hacia el fondo terminan chocando con la gente que estaba sentada atrás y trata de bajar, generando un choque de flujos en sentido contrario, con la consiguiente congestión y mal humor generado.

Para completar el cuadro, tanto la subida como la bajada estan a nivel de calle (sin escaleras) lo que es bueno para gente con problemas de locomoción, pero obliga a que la parte de atrás sea mas elevada (en algún lugar había que poner el motor, no?). Casualmente hay una serie de barras y pasamanos mucho mas profusos y robustos que en un coche habitual. Eso nos lleva a sospechar si están para ayudar a la gente que viaja parada o cumplen funciones estructurales... será seguro el vehículo?

En esos pensamientos viajaba absorto cuando sube un colega de trabajo y se sienta unos asientos mas adelante. Pude ver su reacción cuando notó el modelo del ómnibus, miró la puerta de salida, miró la maraña de pasamanos y puso cara de desconfianza.

Me pregunto... estaría pensando lo mismo que yo? Seguramente sí.

Está en nuestra naturaleza...