2009-03-29

Destruyendo el idioma: Picania Oferta 155

Eso dice un cartel que rompe mis ojos, cada vez que paso frente a la puerta de la carnicería del barrio.

Porque, mas allá del error ortográfico (a ver Pepe, decile Picaña o si querés hacerte el internacional, Picanha), está claro que la gente de esa carnicería no conoce de su negocio. Más allá que no vendan Tapa de Cuadril todos los días (que, por cierto, es el nombre oficial de ese corte de carne).

Dejando de lado el negocio carniceril, esto no es más que otra pueba de la obsolesencia de la letra "ñ".
Según el Diccionario de la Real Academia, la definicón de ñ es:

"Decimoséptima letra del abecedario español, que representa un fonema consonántico de articulación nasal y palatal. Su nombre es eñe."

Primer detalle: decimoséptima. Si hacemos el ejercicio de contar las letras del abecedario hasta llegar a la posición 17, vamos a recordar que la "che" y la "elle" siguen contando como letras, aunque no sean más que la suma de otras dos letras para representar un sonido.

Segundo detalle: su nombre es "eñe". He aquí un problema que enfrentarán los arqueólogos del futuro, porque definimos el sonido de una letra en función de su nombre. O sea,  cuando el nieto de Indiana Jones encuentre en los antiguos manuscritos digitales este curioso símbolo no va a saber como pronunciarlo. Definir algo como la descripción de sí mismo... es lo que los geeks llamamos Recursividad. Sin dudas algún nerd se oculta en el seno de la Real Academia.

Volviendo a nuestro problema: por qué la eñe es una letra? No es un sonido exclusivo del idioma español, de hecho se escribe "nh" en portugués, "gn" en itialiano o francés, y quien sabe como se escribirá en rumano (solo por nombrar las lenguas latinas).

Sin embargo en algún momento de la historia (asumo que en la Edad Media) alguien decidió representar ese sonido con una letra sola, en vez de una combinación de letras.

¿Que connotaciones modernas tiene el delirio de aquel monje medieval?

Bueno, primero todo un movimiento por la reivindicación de la "ñ" como identidad de los hispanoparlantes, o como se les suele decir en este hemisferio, "latinos". Dato curioso si los hay, porque a diferencia del español, el alfabeto inglés sólo usa caracteres latinos.

Segundo problema: los teclados. Dejando de lado la disposición arbitraria de las letras de un teclado de computadora (heredado de un problema con las primeras maquinas de escribir), hubo que adaptar el teclado "internacional" (el de alfabeto latino, o sea, el inglés) para poder darle espacio a la ñ, como así tambien a los tildes y demás signos diacríticos (adornos) que usamos.

Por algún motivo extraño el teclado indicado como "español" incluye además la "
ç", que no es parte del alfabeto español. Para colmo, esa tecla no está en el teclado "latinoamericano". 

En fin, creo que seguiremos con estos delirios por un buen tiempo más. Al menos hasta que los adolescentes de hoy dominen el mundo y ahí sí, adiós a la "ñ", la "q", la "c" y la "h".

Ahora que lo pienso, quizás el carnicero de la esquina sea un adelantado a su época.

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